El miedo se apodera de los Luján el miércoles en ‘La Promesa’.
La inesperada desaparición del automóvil dejó La Promesa en un serio aprieto. Sin el vehículo, resulta casi imposible obtener los remedios que requiere Rafaela, la pequeña de Catalina, cuya salud pende de un hilo.
Consciente de la urgencia del momento, Leocadia vuelve a demostrar su generosidad con la familia y decide obsequiar a Alonso con un coche nuevo, un gesto que alivia nuevamente a la familia.
Este regalo además reafirma la autoridad de Leocadia dentro del palacio… consiguiendo que todos le sigan guardando respecto y acatando sus decisiones.
Sin embargo, ni todo su dinero conseguirá que evitar que sigan vetando a Ángela en los eventos sociales más importantes, gracias a las maniobras veladas del marqués de Andújar.
Mientras, Rafaela sigue sufriendo episodios de fiebre alta para los que los remedios caseros de Simona y Candela ya no sirven. Los Luján buscan inmediatamente la presencia de un médico… pero el tiempo parece correr en contra.
En el servicio, la llegada de Cristóbal Ballesteros y la degradación de Ricardo han dejado un regusto amargo en muchos.
Petra, harta de las injusticias del nuevo mayordomo toma una posición de lo más inesperada… al lado de María Fernández para desafiar directamente las órdenes de sus señores.
Vera y Pía, angustiadas por la prolongada ausencia de Lope en la casa de los duques de Carril, intercambian conjeturas sobre los riesgos que corre el cocinero.
Curro, por su parte, tiene la tentación de confesar a Ángela la razón oculta tras la misteriosa desaparición del cocinero que preocupa a todos.
Finalmente, Lope regresa al palacio… pero su rostro refleja cansancio y desilusión: todo ha resultado inútil.
Aunque algo de información trae: la presencia del capitán de la Mata en el palacio de los Duques de Carril es toda una incógnita.
