La tragedia ha vuelto a golpear con fuerza a los Luján. Tras la muerte de Jana y la caída definitiva de Cruz, la desaparición de Eugenia se convierte en un nuevo golpe devastador para los protagonistas de ‘La Promesa’.
La hermana de Cruz, que regresó a la serie para enfrentarse a quienes la apartaron y humillaron, ha tenido un final tan breve como desgarrador. Su trágico suicidio desde lo alto del torreón ha conmocionado tanto a los personajes como a la audiencia, que no ha tardado en volcar su indignación en redes sociales.
Durante las últimas semanas, el acoso persistente de Lorenzo y Leocadia acabó por quebrar la frágil estabilidad de Eugenia. Su regreso al palacio fue interpretado como un intento de redención y justicia, pero acabó siendo una trampa emocional que la empujó de nuevo al abismo. Lo que parecía una nueva oportunidad terminó convertido en una condena sin salida.
Los espectadores, que han acompañado a Eugenia desde los primeros compases de la serie, lamentan no solo su muerte, sino también el poco tiempo que ha tenido para desarrollarse su nueva trama.
Muchos consideran que había potencial para un giro más extenso, que permitiera a la madre de Curro enfrentarse a sus fantasmas con más fuerza y matices. Pero la serie optó por un cierre fulminante que ha dividido opiniones.
Entre los más afectados está el propio Curro, con quien Eugenia protagonizó algunas de las escenas más emotivas de su última etapa. La conexión entre madre e hijo, tejida en medio del dolor, sirvió de refugio para el personaje, que pese a su deterioro por el abuso del láudano, encontró en su hijo un ancla de amor puro. Las miradas entre ambos en su despedida no necesitaron palabras: fue un perdón silencioso, cargado de ternura y resignación.
Alicia Moruno, la actriz que encarnó a Eugenia, también ha querido despedirse con emoción. En una entrevista difundida por RTVE, ha reconocido el dolor de dejar atrás a un personaje “bueno, sensible, víctima de gente con mal corazón”.
Ha agradecido el trabajo de los guionistas, del equipo técnico y, especialmente, de sus compañeras coach, que le ayudaron a matizar la interpretación de un personaje atravesado por el consumo del láudano.
La actriz sevillana no ha escondido la dificultad que supuso rodar escenas no cronológicas, ni el reto de sostener la fragilidad de una mujer machacada por su entorno. Pero, sobre todo, ha reivindicado la humanidad de Eugenia: una figura luminosa a la que nunca dejaron brillar. “Estas personas buenas se convierten en carne de cañón para quienes odian la felicidad ajena”, ha sentenciado en su despedida.
La conmoción que deja la muerte de Eugenia no se limita a lo emocional. En lo narrativo, su ausencia deja una herida abierta que probablemente marcará el rumbo de la familia Luján en los próximos capítulos. Además, el sufrimiento de Adriano, sumado al desconcierto de Curro y la creciente tensión con Leocadia y Lorenzo, prometen reconfigurar el equilibrio del palacio.
A pesar de los recientes cambios de horario y los vaivenes en su franja de emisión, ‘La Promesa’ mantiene una base de espectadores fieles que siguen cada tarde la historia desde La 1. La desaparición de Eugenia es un recordatorio de que en esta ficción, ni siquiera los personajes más queridos están a salvo de la tragedia.
