La serie ve mermada su audiencia tras el último retraso horario mientras sus seguidores denuncian el ninguneo de RTVE.
El último cambio en la franja horaria de ‘La Promesa’ ya tiene consecuencias visibles. Desde que RTVE decidiera retrasar su emisión a las 18:20 h., la serie ha visto reducida su cuota de pantalla, alejándose de los excelentes datos que venía firmando en semanas anteriores.
Durante las últimas semanas, la ficción diaria ha sido uno de los mayores éxitos de la cadena pública. Con una audiencia que oscilaba entre el 15% y el 17%, y picos cercanos al 18% de share, ‘La Promesa’ se mantenía como el gran referente de la tarde en La 1.
Sin embargo, desde el cambio, la serie se ha estabilizado en torno al 13%, una cifra notable, pero por debajo de su rendimiento habitual.
Mientras tanto, RTVE sigue volcada en intentar reflotar ‘La Familia de la Tele’, un magazine vespertino que no consigue despegar. Para ello, ha desplazado progresivamente los horarios de sus dos series diarias.
El resultado: ‘Valle Salvaje’ se emite ahora a las 17:30 h., lo que ha beneficiado ligeramente su rendimiento (consolidándose en torno al 10% de share), y ‘La Promesa’ ha quedado relegada a un horario más tardío y volátil.
Este movimiento ha generado un fuerte descontento entre su base de fans, que no entienden por qué RTVE pone en riesgo uno de sus mayores activos.
La serie ha sido reconocida por la crítica, ha ganado un Emmy Internacional y ha conseguido consolidar un público fiel que se mantiene episodio tras episodio.
Sin embargo, los continuos cambios de horario y la sensación de “ninguneo” por parte de la cadena han hecho que muchos opten por seguirla en diferido, a través de RTVE Play o incluso en Netflix, donde la ficción también está disponible.
Los seguidores se sienten maltratados por una programación inconsistente que no respeta el compromiso de la audiencia. Aunque ‘La Promesa’ sigue siendo una serie fuerte en datos absolutos, su cuota de pantalla depende en gran medida del horario que se le otorgue.
En este contexto, resulta evidente que la cadena está priorizando un formato que no termina de funcionar, sacrificando por el camino una serie que ha demostrado solidez, prestigio y proyección internacional.
Si la estrategia continúa por este camino, el riesgo de perder parte de la audiencia más fiel ya no es una posibilidad lejana, sino un escenario cada vez más probable.
