Curro ha recordado algo que lo cambia todo, mañana en ‘La Promesa’.
Curro admite ante Pía que no ha encontrado ninguna prueba que respalde su primera sospecha contra Jacobo como asesino de Jana.
Aun así, visiblemente afectado, confiesa que ha descubierto quién fue realmente, gracias a un detalle que pasó inadvertido en su momento.
Ese matiz, hasta ahora apenas mencionado en la serie, o que quizá pasamos por alto, resulta clave para una trama tan trascendental como el asesinato de Jana.
Ha transcurrido un mes y por fin llega el día en que Emilia abandona La Promesa. Catalina y Pía lamentan que justo ahora, cuando Rómulo y la enfermera comienzan a reconciliarse, ella deba marcharse.
Ambas idean una forma de seguir viéndose, especialmente porque Emilia es todavía soltera, un hecho que no ha revelado a Rómulo.
Tras descubrir que la esmeralda adquirida es falsa, Lope insiste en regresar de inmediato a la joyería para reclamar su dinero, pero Curro se niega: “No es la mejor opción”, advierte.
Alonso no pasa por alto el reciente encontronazo entre Adriano y Lisandro, y exige al esposo de su hija que cumpla la exigencia que Leocadia le ha planteado.
Avance en video del próximo capítulo 605 (jueves, 29 de mayo) de ‘La Promesa’
Ese pulso, cree, es la oportunidad perfecta para que Catalina y Adriano se comprometan a la propuesta de la marquesa: atar al duque de Carvajal y Cifuentes de por vida a la familia Luján.
La propuesta resulta asombrosa: Alonso sugiere que Lisandro sea padrino de Rafaela y Andrés, los hijos de Catalina, consolidando así su vínculo con la casa.
La última indagación del sargento Burdina deja helado a Manuel. En lugar de encararlo a Toño directamente, decide seguir una estrategia inesperada para que sea el joven quien, por sí mismo, revele toda la verdad sobre el robo.
Mientras tanto, Ángela presiona a Curro para obtener total sinceridad: sabe que existe algo entre él y Martina. Jacobo, por su parte, propone a su prometida abandonar La Promesa, un lugar que él califica de “incómodo… e incluso peligroso”, aunque puede que sus verdaderos motivos sean otros.
Leocadia convence a Eugenia, a pesar de su frágil estado, para dar un paseo por el pueblo. Es solo una pieza más en su conspiración —junto a Lorenzo— para desestabilizarla por completo.
El plan parece dar fruto: Eugenia roza el borde del abismo y tanto Lorenzo como Leocadia celebran su aparente triunfo.
En otra vereda, Petra mantiene su esfuerzo por cambiar y ganarse la confianza de todos, pero sus compañeros —sobre todo María— siguen desconfiando. Esa reticencia acaba en un nuevo desencuentro entre María y Samuel, quien defiende con vehemencia a la ama de llaves.
Manuel continúa tanteando a Toño para que sus propias contradicciones lo lleven a confesar el robo sin necesidad de una confrontación directa, aunque el joven persiste y su versión comienza a desmoronarse.
