Una visita inesperada promete remover los cimientos del palacio… el viernes en ‘La Promesa’.
La repentina desaparición de Toño ha supuesto un duro golpe para Manuel. Hundido por lo ocurrido, el joven siente que ha sido traicionado, aunque se esfuerza por no culpar a Simona, consciente de que ella también está sufriendo por la actitud de su hijo.
Martina, por su parte, cumple con el encargo de Eugenia y transmite a Alonso el deseo de su tía de visitar a Cruz. Sin embargo, el marqués se mantiene firme en su decisión: no permitirá ningún acercamiento a la que aún consideran culpable del asesinato de Jana.
Curro y Lope, decididos a seguir con su investigación, necesitan ausentarse del palacio una vez más. Para ello, Ángela intercede ante Petra y consigue su permiso, una señal más del inesperado cambio de actitud de la ama de llaves.
La pista obtenida en el casino les conduce a una discreta joyería. Allí descubren algo revelador: Cruz solía frecuentar ese lugar, lo que abre nuevas preguntas sobre sus vínculos y posibles cómplices en el crimen que aún intentan esclarecer.
La nueva faceta de Petra sigue sorprendiendo al servicio. Su cercanía con Simona tras la marcha de Toño deja a muchos sin palabras. ¿Está cambiando realmente o se trata de una estrategia para ganarse la confianza de todos?
Pía y Rómulo vuelven a protagonizar un nuevo desencuentro, esta vez en presencia de Emilia. La enfermera no puede contenerse y le reprocha al mayordomo el haber dejado atrás su antigua templanza, acusándolo de haberse convertido en alguien irreconocible.
Mientras tanto, el ambiente en La Promesa parece calmarse… al menos por unas horas. Porque justo cuando todos creen que la tensión comienza a disiparse, una visita inesperada irrumpe en el palacio, sembrando de nuevo el desconcierto.
¿Quién ha llegado a La Promesa y qué consecuencias traerá consigo? En un lugar donde el pasado aún pesa más que el presente, cualquier aparición puede suponer una amenaza… o una revelación.
