‘La promesa’: «Es el momento de que su esposo sepa que nunca estuvo embarazada»
El regreso inesperado de Jimena al escenario de ‘La Promesa’ dejó a todos boquiabiertos en un momento sumamente delicado.
Manuel, en plena confesión a Abel acerca de su romance con Jana, se vio interrumpido por la presencia imprevista de Jimena. Al parecer, la hija de los duques, ajena a la revelación de su marido, está decidida a dar la lucha por su matrimonio.
Sin embargo, surge una pregunta esencial: ¿logrará Jimena contar la verdad sobre su falso embarazo? ¿Quién resultará ileso de esta petición a la hija de los duques de los Infantes? Detallaremos todos los pormenores de esta tensa situación.
La alianza entre Abel y Jimena surgió en un momento crítico. Abel llegó a ‘La Promesa’ con la misión de cuidar a Jimena durante su supuesto embarazo. En un principio, la hija de los duques intentó ocultar la verdad, pero finalmente decidió confesar a Abel que el embarazo era falso.
De manera sorprendente, el médico se convirtió en su cómplice, decidiendo encubrirla, lo que implicaba traicionar a su amigo Manuel.
Ante la mentira llevada al extremo, tanto Abel como Jimena se vieron obligados a actuar velozmente, trazando un plan macabro: simular el aborto. La farsa se ejecutó con éxito, logrando que todos en ‘La Promesa’ creyeran la versión oficial.
Tras este episodio, el comportamiento de Jimena se tornó más volátil, llegando al extremo de incendiar una de las habitaciones del palacio con Catalina dentro, afortunadamente sin consecuencias graves.
Esto marcó un punto de inflexión para la familia Luján, quienes determinaron que lo más conveniente para la hija de los duques era que regresara temporalmente a la casa de sus padres.
Sin embargo, de forma sorpresiva, Jimena retornó al palacio desencadenando un inesperado recibimiento. Su presencia interrumpió la confesión que Manuel le hacía a Abel sobre su romance con Jana, evidenciando que Jimena no está dispuesta a rendirse en su lucha por el matrimonio.
La tensión en el palacio aumenta conforme Abel indaga sobre la salud de Jimena, sugiriendo que su estado de ánimo ha experimentado cambios recientes.
Jimena, decidida a no entablar ninguna conversación con el que fue su cómplice, muestra resistencia. Ante la insistencia del médico, Jimena se muestra alterada, rechazando la idea de revelar la verdad en este punto, considerando que solo perjudicaría a su matrimonio.
Sin embargo, la contundente respuesta de Abel sugiere lo contrario, argumentando que revelar la verdad liberaría a Manuel del dolor de haber perdido un hijo que en realidad nunca existió. Esto provoca un impactante giro en la actitud de Jimena, quien, en un momento de alta tensión, toma un objeto punzante, dejando la incógnita de sus posibles acciones.