Mientras Leocadia avanza en su intención de usurpar por completo el papel de Cruz en ‘La Promesa’, llegan noticias de Ayala.
En La Promesa, los acontecimientos se suceden sin tregua. Samuel decide acoger a Antoñito en su habitación, tras encontrarlo inconsciente.
Lope, movido por la sospecha, intenta confirmar que se trata del hijo perdido de Simona, lo que genera una gran expectación entre quienes conocen el caso. El misterio en torno al joven despierta nuevas emociones, especialmente en Candela, que sigue manteniéndolo en secreto.
Mientras tanto, la boda de Martina y Jacobo avanza, aunque no sin fricciones. Martina, firme y decidida, comienza a tomar decisiones importantes sobre su futuro sin consultar a su prometido, lo que empieza a generar tensiones en la pareja.
Jacobo, visiblemente incómodo, no sabe cómo encajar la creciente autonomía de su futura esposa.
Por otro lado, Leocadia se consolida como la nueva figura de autoridad en La Promesa. Con el inesperado respaldo de Petra, ambas forman un frente que no deja de sorprender al personal del servicio, en especial a los cocineros, que perciben una alianza peligrosa.
Esta nueva dinámica pone en serio riesgo la permanencia de María Fernández, quien ya ha sufrido varias advertencias.
Lejos del palacio, Manuel, aún conmovido por la muerte de Jana, se sincera con Antonio y Ñica. Les confiesa, por fin, quién fue la persona responsable del disparo que acabó con la vida de su esposa, revelando un secreto que llevaba demasiado tiempo guardado.
Mientras tanto, Ana, incapaz de aceptar el rechazo de Ricardo, decide intervenir ante Petra en defensa de María Fernández, buscando así redimirse de sus errores pasados.
La llegada de una carta de Ayala siembra aún más inquietud entre los Luján, pero no es lo único: una preocupante noticia sobre el paradero del doctor Gamarra remueve aún más los cimientos de la casa. La incertidumbre crece, y el futuro de La Promesa vuelve a tambalearse.
