Comienza una nueva semana cargada de sorpresas en ‘La Promesa’, donde sus habitantes recibirán un duro varapalo mientras Manuel y Jana regresan con buenas noticias.
Tras conocer los detalles sobre la historia de amor de Jana y Manuel, Ñica y Antonio quieren que la pareja tenga un buen recuerdo de su boda, más allá del “paripé” que tuvieron que hacer ante todos los invitados de la ceremonia.
El veterano matrimonio prepara una sorpresa muy especial para los enamorados, esperando que sirva como colofón a su inesperada luna de miel junto a ellos.
El médico alerta a Catalina y a Alonso, debe guardar reposo absoluto, si vuelve a sangrar podría perder la vida. Alonso, lleno de rabia, se enfrenta a Cruz por haber puesto la vida de su hija en peligro.
Pero no solo eso, el Marqués revela ante todos en la cena los motivos que provocaron la crisis de Catalina… Tal confesión sacude los cimientos de La Promesa… y empeora la situación en su matrimonio con Cruz.
A ello se unen los graves problemas que traerá la publicación sobre la boda de Jana y Manuel en esa revista… Cruz se prepara para enfrentarse a lo peor pero antes necesita saber quien es el culpable: la persona que reveló a la prensa la verdadera identidad de Jana.
Lorenzo, como siempre, aumenta la tensión insinuando que puede haber sido el propio Manuel, como venganza por todo lo que les han hecho.
La presencia de Ángela pone contra las cuerdas a Leocadia, dejando entrever que la rebeldía de la chica no agrada a su madre… pero además, descubrimos que Leocadia tiene más hijos.
Petra se enfrenta a María Fernández por atender al padre Samuel ella misma y despachar a otras doncellas. La chica y Marcelo tratan de darle una explicación, pero la ama de llaves no atiende a razones.
Mientras, la relación con Samuel vuelve a encrudecerse y María ya no sabe como actuar con el cura.
Ricardo continúa presionando a Petra para que revele el paradero de Santos, pero ella se niega en rotundo. Su repentina marcha traerá consecuencias.
Vera, Lope, Teresa y Marcelo especulan sobre quien pudo ocupar la habitación secreta que se comunica con los aposentos de la Marquesa tratando de encontrar respuestas al enigma sobre la mujer que habitó allí y a la que creen que Cruz protegía.
Al no encontrar nada sólido, deciden cambiar de estrategia y abandonar los planos y los escondites del palacio para preguntar a los más veteranos sobre la existencias de pasadizos y lugares secretos en La Promesa.
