Avance del capítulo 205 (viernes, 6 de octubre): La actitud de Jimena despierta las dudas de todos
No puede ocultar su felicidad al saber que Abel está dispuesto a ayudarla, pero su actitud despierta las dudas de todos en relación a su embarazo, el viernes en ‘La Promesa’.
Martina no acaba de creer en las palabras de Curro, pensando que solo son fruto de sus celos, por lo que trata de comprobar su validez pidiendo explicaciones a Antonio.
El chico termina confesándole que no habrá boda… En realidad, su familia permitió la asistencia de todos los Luján a la garden party en La Granja como parte de una prueba.
Se trataba de un examen al que sus padre sometieron a Martina para comprobar que podría ser digna esposa de su hijo… y que finalmente no ha logrado superar.
Lo que para Margarita supondrá el descalabro de todos sus planes, para Martina, Curro y Cruz es una gran noticia… por fin la pareja en libre de nuevo… pero, ¿lograrán estar juntos?
Don Antonio de Carvajal y Cifuentes se despide de Martina con una cortés disculpa y entregándole un sobre con una suma importante de dinero por las molestias causadas.
Mientras, en la Promesa, las partidas de búsqueda para encontrar a Ramona no cesan. Esta vez, en las tierras de los Marqueses de Luján han encontrado algo que le pertenece: su morral, del que nunca se separa.
Aunque no son buenas noticias, ello solo supone que las perspectivas de encontrar a la mujer son cada vez más lejanas.
Jimena no es capaz de ocultar su alegría cuando se siente más viva que nunca con el respaldo de Abel, quien continúa planeando la forma de fingir el malogro de su embarazo.
Sin embargo, la actitud de la chica empieza a acrecentar las sospechas sobre ella entre el resto de habitantes de la Promesa.
Cruz acepta el chantaje de Pía, cumplirá con las condiciones que el ama de llaves le pide para guardar silencio sobre su implicación en el secuestro del niño.
Y no son otras que la manutención y la formación de Dieguito. Pía se siente triunfadora, ignorando el peligro que supone enfrentarse a Cruz, quien, por supuesto, guarda un as bajo la manga.