ESPECIAL: Todo sigue igual en el mundo al revés, avance del capítulo 473 de ‘La Promesa’ (27 de noviembre) en RTVE
Anota este número: Capítulo 473… el sueño de María Fernández lo convertirá en algo único…, mañana en ‘La Promesa’.
‘La Promesa’ emite su capítulo 473 (tercera temporada) este 27 de noviembre en La 1 de RTVE (y en RTVE Play) en el que María cree despertar en una realidad completamente distinta a la que viven tras quedarse a dormir en el dormitorio de Jana como hemos visto en el final del capítulo 472 que se ha emitido hoy.
Todo sigue igual en el mundo al revés… ¿Por qué? Aunque los papeles se intercambien, los conflictos, las relaciones, las amistades, la familia… siguen siendo las protagonistas de la historia.
Avance en video del próximo capítulo 473 (miércoles, 27 de noviembre) de ‘La Promesa’
Bajo las estrictas reglas impuestas por Gloria, la institutriz contratada por Cruz para enseñar a Jana las normas de etiqueta y comportamiento en su nueva posición, la joven debe renunciar a los lazos cercanos que aún mantiene con sus antiguos compañeros del servicio. Este cambio es especialmente difícil para Jana, quien considera a María Fernández una hermana y su mayor apoyo en el palacio.
Decidida a no romper ese vínculo, pero sin desafiar abiertamente las órdenes de Gloria, Jana invita a María Fernández a pasar la noche en su nueva habitación en la planta noble.
Para María, esta es una experiencia única y transformadora, una oportunidad de adentrarse en un mundo que siempre ha visto desde la distancia como algo inalcanzable.
Sin embargo, lo que comienza como una noche distinta da un giro inesperado. Al despertar en la lujosa cama de Jana, María Fernández se encuentra en medio de una realidad completamente alterada. Confusa, descubre que ahora es parte de la familia Luján, y los roles en el palacio se han invertido.
En este mundo soñado, Petra y Rómulo son los Marqueses de Luján, y Jana, junto con María y Lope, son sus hijos.
Cruz ha pasado a ser la ama de llaves, Alonso el mayordomo, y Manuel ocupa el papel de primer lacayo. En las cocinas, Lorenzo y Curro se encargan del servicio, mientras que Ayala se convierte en un simple mozo.
Martina y Catalina, anteriormente de la nobleza, son ahora las doncellas encargadas de atender a los marqueses y su “familia”.
En este escenario alternativo, el amor florece de formas inesperadas. Manuel, que hasta ahora había sido inalcanzable para María Fernández, parece fijarse en ella como nunca antes.
Mientras tanto, el resto de los habitantes del palacio desempeñan roles sorprendentes, dejando entrever cómo serían sus personalidades y comportamientos si estuvieran en lugares opuestos en la jerarquía.
El sueño plantea un gran interrogante: ¿cómo serían las dinámicas en La Promesa si los señores fueran criados y los criados, señores? ¿Serían más compasivos y benevolentes o repetirían los mismos patrones de desigualdad que tanto los han marcado? La respuesta, como todo en este mundo onírico, está llena de posibilidades inesperadas.