Manuel se despide de Jana dispuesto a terminar con Gregorio, pero todo puede salir mal… sobre todo, cuando Rómulo llega al palacio con terribles noticias sobre el ex mayordomo, esta semana, del 16 al 20 de septiembre.
Todos en el palacio se preguntan por el contenido de la llamada que ha recibido Lorenzo y que lo ha dejado tan preocupado, un comportamiento algo inusual en el capitán.
Alonso está dispuesto a investigar de qué se trata con la intención de conseguir la gestión del negocio de las mermeladas para su hija Catalina.
Y parece que el tema tiene que ver y mucho con eso, pues el Capitán ha estado vendiendo al ejército las confituras, pero esta vez se ha producido una importante intoxicación entre los soldados que puede traerles fatales consecuencias.
Pronto descubrimos que Cruz también está al tanto de los tejemanejes de su cuñado, mientras Alonso decide implicarse al máximo para hacerlo rendir cuentas.
Con la situación de Santos, Marcelo debe ocupar su puesto como ayudante de Curro… pero su torpeza hace que incluso el joven barón pierda la paciencia…
Aunque no será el único motivo para ello: el chico sabe que tiene una conversación pendiente con Manuel y no sabe como afrontarla…
Y es que la confesión de Jana lo ha dejado en una posición muy inoportuna. La presencia de Julia y sus continuos interrogatorios sobre la guerra, algo que le incomoda profundamente, y ahora esto, hace que se sienta como pez fuera del agua.
Aún así, sabe que su primo (o su hermano) no tardará en acercarse a él interesándose por ese secreto que ha mantenido oculto durante tanto tiempo… porque quizás ha llegado el momento de revelarle más detalles sobre su verdadera relación filial.
La prensa se hace eco de la asistencia como pareja de Pelayo, Conde de Añil, y Catalina de Luján a una fiesta con la presencia de la casa real. Alonso está orgulloso de su hija mientras Cruz trata de quitarle importancia.
La situación de Santos empeora y Ricardo se preocupa por él, pero lo extraño es la actitud de Petra… que no piensa separarse de su lado y está dispuesta a todo para que mejore.
Y es que no puede evitar recordar los últimos días de Feliciano, y trata inconscientemente de evitar que vuelva a ocurrir, sobre todo después de la relación tan especial que ha entablado con el chico.
La duquesa de Carril vuelve a recibir una clase de cocina y Vera está cada vez más preocupada por la actitud de su madre.
