‘La promesa’: La conexión entre Catalina y Pelayo
Desde el momento en que el Conde de Añil, Pelayo, llegó a La Promesa, la química entre él y Catalina ha sido palpable.
Pelayo se ha interesado de inmediato en el emprendimiento de mermeladas de Catalina, la hija del marqués, y se ha propuesto colaborar para llevar el negocio al siguiente nivel: producir mermeladas a gran escala.
Catalina, con su fuerte carácter, ha cautivado a Pelayo, quien no ha escatimado en expresar su admiración por ella constantemente. Ella, por su parte, ha recibido los halagos con mucha alegría. ¿Estamos presenciando el inicio de un apasionante romance?
Catalina, con su carácter inquebrantable, ha deslumbrado a Pelayo desde su primera interacción. El nuevo huésped del palacio ha sido muy vocal sobre cómo Catalina trata a todos por igual, sin importar su estatus social, algo que lo ha dejado impresionado: «Me sorprendió la forma en que interactuó con don Antonio de Carvajal y Cifuentes», comentó. Catalina ha dejado una huella en todos los que la conocen, y más aún en esos tiempos pasados.
En lo que respecta al negocio de mermeladas, Catalina ya había comenzado a tener éxito en este ámbito, gracias al apoyo de la cocina de La Promesa. Pelayo, tras descubrir el negocio durante una visita inesperada a la cocina, no solo ha decidido mantener el secreto, sino que también ha propuesto una expansión a gran escala. Aunque Cruz no se muestra completamente convencida, el potencial económico del proyecto es innegable. ¿Podrá Alonso persuadir a la marquesa para que lo apruebe?
En un recorrido por los jardines de La Promesa, Pelayo y Catalina compartieron una conexión emocional profunda. Pelayo se abrió sobre la dolorosa pérdida de sus padres en un trágico accidente, un suceso que lo marcó para siempre.
Catalina, por su parte, también compartió sus propias experiencias de pérdida, incluida la de su madre y especialmente la de su hermano Tomás. La conversación llegó a un punto álgido cuando ambos completaron la misma frase: «El tiempo no cura, pero facilita las cosas». Más tarde, encontraron un lugar tranquilo para reflexionar sobre cómo honrar a los seres queridos que ya no están, y llegaron a la conclusión de que mantener viva su memoria es lo más importante.