En el capítulo del miércoles veremos como, en un íntimo momento de sinceridad, Catalina revela a Manuel su plan de partir en busca de Pelayo para finalmente aclarar sus confusos sentimientos.
Esta búsqueda no solo es física sino también emocional, pues busca cerrar un capítulo de su vida o reavivar una antigua llama que nunca se extinguió del todo.
Mientras tanto, Cruz, consumido por la duda y la desconfianza después de lo que le ha contado Lorenzo, se encuentra en un tenso enfrentamiento con María Antonia.
Cruz exige respuestas sobre la naturaleza de su relación con Alonso, pero María Antonia, con su habitual reserva, elude cada pregunta, aumentando la tensión y la frustración en el aire.
Por otro lado, el regreso de Jana y María Fernández al palacio es recibido con una mezcla de emociones.
Aunque algunas caras muestran genuino afecto, otras no pueden ocultar su escepticismo.
Petra, con su acostumbrada vigilancia, observa cada movimiento de las doncellas, asegurándose de que los secretos del pasado no socaven la estabilidad del presente.
En otro ámbito del servicio, la situación se agrava cuando Santos, ya en una posición comprometida, se ve envuelto en un nuevo conflicto con Lope.
Este enfrentamiento culmina con una intervención decisiva de Petra, quien, cansada de medias verdades, exige a Santos una explicación completa y sin rodeos sobre el escándalo de las invitaciones.
