Aunque en situaciones completamente distintas, el peligro acecha tanto a Jana como a Manuel y Curro en la Guerra, mañana en ‘La Promesa’.
En el palacio, Jana tiene claro que Petra ha precipitado la situación de Dieguito, el hijo de Pía. A estas alturas Gregorio ya sabrá que está vivo… y no tardará en reclamarlo, por lo que deben actuar cuanto antes.
En el campo de batalla Curro y Manuel siguen los pasos de sus compañeros de trincheras, aunque pronto descubriremos que sus intenciones no son tan nobles como ellos esperan.
Después del colapso de Lope, Jana, Salvador y Vera se dedican a su recuperación. Trabajan incansablemente para cubrirlo y asegurarse de que nadie note su ausencia en el trabajo, manteniendo así su condición en secreto.
La preocupación por su estado de salud une a estos personajes en un esfuerzo común, mientras enfrentan la incertidumbre sobre su futuro y la presión de mantener las apariencias ante los demás.
Alonso, por su parte, deja claro a María Antonia que no está enamorado de ella. Esta confesión provoca un profundo malestar en la mujer, quien se siente rechazada y humillada.
La franqueza de Alonso, aunque necesaria, desata una serie de emociones en María Antonia, desde la tristeza hasta la ira.
Lorenzo, no dispuesto a rendirse en su búsqueda de la verdad, despliega sus encantos tanto ante Cruz como ante María Antonia. Esta última, aún herida por la confesión de Alonso, se muestra receptiva a los avances de Lorenzo, abriendo la puerta a nuevas complicaciones y posibles alianzas peligrosas.
Virtudes, enfrentada con Candela por haber revelado su secreto, reprende a la joven con dureza. Sin embargo, Candela se defiende con firmeza, acusándola del gran daño causado a su madre.
Al enterarse de que Petra planea buscar a Gregorio para que se haga cargo del hijo de Pía, Jana enfrenta al ama de llaves con una actitud amenazante.
La confrontación se intensifica rápidamente, mostrando la determinación de Jana de proteger al niño a toda costa. Petra, a su vez, no está dispuesta a ceder fácilmente…
Margarita se enfrenta nuevamente a su hija por el incidente con Ayala. Tras una intensa discusión, en la que se intercambian reproches y acusaciones, Martina accede a pedirle perdón al conde, reconociendo su error.
En el frente de guerra, Manuel y Curro se adentran en el bosque en busca de un refugio para la noche. Su misión, cada vez más peligrosa, pone a prueba su valentía y determinación.
