En el capítulo del miércoles de ‘La Promesa’, el servicio y los señores del palacio están conmocionados por los acontecimientos relacionados con Pía.
La bofetada de Martina a Ayala marca un punto de inflexión, uniendo a Cruz y Margarita en la desaprobación del impulsivo acto de la joven. Este evento provoca una reflexión entre los habitantes del palacio sobre los límites y las consecuencias de sus acciones.
Ayala, sin embargo, no se rinde fácilmente. Decidido a recuperar su posición y dignidad, comienza a trazar un plan para reivindicarse ante los demás.
María Antonia, por su parte, se siente profundamente avergonzada por haber besado a Alonso, un acto que considera un grave error. Este incidente la coloca en una posición vulnerable y la obliga a enfrentar sus sentimientos y decisiones.
Vera, bajo la presión de Santos, asegura a Ricardo que el episodio de violencia que presenció no fue más que «cosas de pareja». Esta afirmación, sin embargo, oculta una verdad más oscura y complicada que Vera no está dispuesta a revelar.
Catalina y Adriano parecen haber encontrado un punto de reconciliación, pero un comentario imprudente de Adriano vuelve a separarlos. Tadeo, observando la situación, advierte a Catalina sobre las consecuencias de su comportamiento errático y le aconseja tomar decisiones más firmes.
Rómulo descubre las heridas de Lope y le exige explicaciones, preocupado por la gravedad de la situación. Lope, sin embargo, se muestra reacio a hablar, lo que aumenta la tensión y el misterio en torno a su condición.
