En el último capítulo de ‘La Promesa’, hemos presenciado una vuelta de tuerca emocional ha dejado a los espectadores pegados a sus pantallas.
Virtudes, quien parecía una mujer sincera y sin sombras en su pasado, ha sido desenmascarada tras la inesperada llegada de Norberta, revelando secretos que cambian por completo la percepción que teníamos de ella.
Hasta ahora, Virtudes se había mostrado como una mujer marcada por la tragedia de haber perdido a su marido y a su hijo en un accidente, una confesión que había conmovido tanto a su madre, Simona, como a los espectadores.
Su llegada a La Promesa fue vista como una oportunidad de reconexión y curación emocional con su madre tras años de separación. Sin embargo, la realidad detrás de su historia era otra muy diferente y mucho más complicada.
Norberta, la esposa de Antoñito y cuñada de Virtudes, llegó sin avisar al palacio con intenciones claras: contar la verdadera historia de Virtudes a Simona y Candela. La interrupción furiosa de Virtudes no hizo más que añadir drama a la revelación, dejando a todos los presentes impactados por la verdad.
Virtudes, enfrentada a la inevitable verdad revelada por Norberta, no tuvo más opción que abrirse completamente a su madre. Confesó que, si bien su esposo Adolfo murió en el accidente, su hijo sobrevivió.
Las circunstancias la llevaron a un abismo de dolor y autodestrucción, recurriendo al alcohol y terminando en un burdel para sobrevivir. Esta espiral descendente solo se detuvo cuando su cuñado, Antoñito, intervino para rescatarla y ofrecerle un nuevo comienzo.
La historia de Virtudes es una de caída y redención. Su confesión no solo sirvió para aclarar el pasado, sino también para fortalecer el vínculo con su madre, quien a pesar de las revelaciones, decidió apoyarla incondicionalmente. ‘Yo te quiero y voy a estar aquí siempre para ayudarte’, aseguró Simona, sellando un momento de profunda conexión emocional entre ambas.
