Además, en el último capítulo de la semana veremos como la relación entre Pelayo y Catalina sigue sin mejorar, lo que añade tensión a su complicada situación.
Sin embargo, un giro inesperado se presenta cuando el Conde descubre una conspiración orquestada contra Catalina, lo que podría cambiar las dinámicas de poder en su entorno.
Por otro lado, Vera observa con preocupación que Lope no logra recuperarse emocionalmente después de su reciente ruptura amorosa.
Esta situación afecta profundamente a Lope, hasta el punto de que su desánimo se refleja en la calidad de los platos que cocina, evidenciando su malestar.
Virtudes, por su parte, parece haberse adaptado completamente a la vida en el palacio, mostrando una integración que sorprende a todos.
A pesar de esto, Simona continúa extremadamente preocupada por su hija, temiendo que su bienestar pueda estar en riesgo.
En otro frente, Cruz solicita a Alonso que intente desalojar a Ayala de La Promesa. Sin embargo, la respuesta de Ayala a este intento es tan sorpresiva como degradante, dejando claro que no será fácil que se marche de La Promesa.
Finalmente, Blanca Palomar concibe un plan ingenioso para aliviar la creciente tensión entre Jana y Manuel.
Su propuesta es audaz y podría no ser del agrado de los involucrados, pero promete ser una solución definitiva para sus conflictos.
