La relación de Catalina y Alonso se resiente cuando deciden poner a Lorenzo al mando del negocio de mermeladas, el martes en ‘La Promesa’.
La situación entre Lope y Vera no sólo ha alcanzado un punto crítico, sino que también ha comenzado a tener un impacto considerable en sus compañeros, quienes se encuentran cada vez más inmersos en un ambiente tenso y cargado de conflictos no expresados.
Este deterioro en la relación ha trascendido el ámbito personal y ahora influye palpablemente en la dinámica de todo el servicio, generando un clima de incomodidad y preocupación entre ellos.
Mientras tanto, Simona, aún envuelta en sus sospechas hacia Virtudes, decide tomar un enfoque más directo para descubrir la verdad.
Sin embargo, justo cuando se prepara para enfrentar las sombras que rodean a Virtudes, su hija la intercepta con una petición tan inusual que la obliga a replantearse sus prioridades y enfoque, dejándola temporalmente fuera de balance y con más preguntas que respuestas.
En otro frente, el reencuentro entre Jana y Blanca se convierte en un momento de revelaciones y confidencias. Las dos amigas comparten secretos que no sólo refuerzan su vínculo, sino que también tienen un efecto notable en la dinámica entre Blanca y Manuel.
Las nuevas verdades compartidas ponen a prueba la relación de la doncella con Manuel, llevándolos a ambos a reconsiderar sus posiciones y sentimientos el uno por el otro.
En un giro inesperado de los acontecimientos familiares, Alonso, decidido a pasar el legado del negocio de las mermeladas a manos seguras, elige a Lorenzo como su sucesor, una decisión que no es bien recibida por su hija Catalina.
Herida pero no derrotada, Catalina demuestra su resiliencia y astucia al encontrar rápidamente un comprador alternativo interesado en el negocio.
Este nuevo comprador, motivado por las oportunidades que La Promesa ofrece, llega al lugar con altas expectativas y la intención de probar personalmente las conservas, instigando un posible renacimiento comercial para la familia y el negocio.
