Avance del capítulo 456 (lunes, 4 de noviembre): Ayala, cara a cara con su verdugo
Mientras Jana y Manuel no pueden ocultar sus diferencias ante sus padres, ‘La Promesa’ recibe una nueva visita completamente inesperada, esta semana, del 4 al 8 de noviembre.
Cruz queda perpleja ante la propuesta de Manuel… Sin duda, es lo que siempre había soñado y el motivo por el cual se atrevió a deshacerse de Tomás: que Manuel fuera el heredero del Marquesado de Luján. Pero no solo eso, que gestionara el título y las propiedades con la firmeza que se espera de alguien de su rango.
Hasta ahora, el hijo mayor de Cruz no había mostrado el más mínimo interés en ello. El futuro de su apellido y de su título siempre le había importado bien poco, comportándose como un niño rico al que se lo dan todo.
Cruz sabe el sacrificio que conlleva para él hacer tal promesa, pero la cuestión es… ¿está dispuesta ella a aceptar su única condición? ¿Podrá Manuel gestionar la crisis que acarrearía el hecho de que su esposa y la futura nueva Marquesa sea una simple doncella?
Lo que no sospecha es que los orígenes de Jana están más cerca de la planta noble que de la del servicio, y es una baza que Manuel no parece dispuesto a usar todavía.
Por supuesto, ni Alonso ni Cruz aceptan de primeras la propuesta de su hijo, pero la Marquesa es consciente de que su hijo le está poniendo sobre la mesa lo que siempre ha anhelado.
Mientras Alonso se mostrará tajante en su negativa ignorando que Jana es la hija de Dolores, Cruz verá en la propuesta de su hijo una oportunidad para conseguir su objetivo…
Solo es cuestión de saber aprovechar las oportunidades, y quizás esta vez es el momento de aprovechar la predisposición de Manuel… y después, ¿deshacerse de Jana?
Mientras Manuel trata de encajar la negativa de sus padres suponiendo que no habrá marcha atrás, volverá al cuartelillo donde Rómulo permanece retenido para intentar una vez más que sea puesto en libertad.
Esta vez el chico cree tener la clave y emplaza al sargento Burdina a un encuentro en el palacio. El heredero se muestra confiado en que conseguirá su objetivo.
Cruz y Alonso continúan preocupados ante lo que se le viene encima una vez salga a la luz la relación de Manuel con una doncella… lo que no esperan es que hay otra tormenta formándose sobre sus cabezas sin que hayan podido preveerla.
Y es que comienza a correr el rumor entre los distintos foros sociales de la época de la infidelidad de Alonso con María Antonia, algo que deja a los Marqueses en una posición más que delicada.
Ayala continúa tratando de normalizar su situación… pero cada vez se le hace más evidente lo que todos han normalizado hace tiempo: Margarita no va a volver, y mucho menos, para casarse con él.
Aceptada su nueva posición, el conde intentará buscar la forma de permanecer como invitado especial en el palacio, pero ahora que su amistad con Cruz está más que resentida, poco puede hacer.
Pero su peor problema es Petra. La ama de llaves del palacio se frota las manos como un ave carroñera. Ya en su día le hizo una importante advertencia: No hay nadie más peligroso que el que no tiene nada que perder… Toda una declaración de intenciones… El problema de Ayala ahora es… ¿hasta donde está dispuesta a llegar?
No será el único asunto en el que la ama de llaves se mezcle, pues como es bien conocido, es la sal de todos los conflictos… En particular en lo que concierne a Santos, a quien aprecia como a un hijo, y en quien focaliza un amor de madre que la llevará a continuos enfrentamientos con Ricardo.
Marcelo comparte con Teresa lo que vió en las fiestas del pueblo: a Salvador con otra chica… mientras María Fernández escucha la conversación en secreto, dando por hecho que ha perdido a su novio para siempre.
Catalina se repone de la caída que sufrió preocupando a todos a su alrededor. Pelayo se muestra más cercano que nunca, un cambio radical de actitud que no acaba de convencer a la chica.