Avance del capítulo 387 (viernes, 28 de junio): Alianza secreta
En el capítulo del viernes de ‘La promesa’, la frustración de Cruz por las noticias de la guerra es constante, y la marquesa descarga su ira contra todos los que se cruzan en su camino.
Los informes sobre las bajas y la situación crítica del frente llenan de angustia sus días, y su temperamento volátil la lleva a estallar en cualquier momento.
Los sirvientes del palacio caminan con cautela, tratando de evitar su ira, pero es casi imposible no ser blanco de sus arranques de cólera. La tensión es palpable, y el palacio se convierte en un lugar de constante vigilancia y nerviosismo.
Tras un desencuentro particularmente intenso con Cruz, Adriano empieza a entender mejor las preocupaciones de Catalina. Observando la manera en que la marquesa manipula y domina a quienes la rodean, Adriano encuentra nuevas razones para solidarizarse con CCatalina.
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Este entendimiento mutuo lleva a un acercamiento que va mucho más allá de la simple camaradería. Los sentimientos entre Adriano y Catalina se profundizan, creando un vínculo que podría tener consecuencias significativas para ambos y para las dinámicas de poder en el palacio.
En la cocina, las cocineras consideran desorbitadas las exigencias de los suegros de Virtudes y comienzan a desconfiar de sus intenciones. Las demandas de garantía económica para devolver a su hijo parecen un pretexto para mantener el control sobre Virtudes y su vida.
Las cocineras, unidas por la solidaridad y la preocupación por su amiga, comienzan a planear formas de ayudar a Virtudes, cuestionando las verdaderas motivaciones de sus suegros. Sus discusiones y planes reflejan la creciente inquietud y la necesidad de justicia.
Vera desearía que su situación con Santos fuera diferente. Sus avances persistentes y su comportamiento controlador la tienen al borde del colapso. Aunque Lope intenta acercarse a ella para ofrecerle apoyo y protección, la doncella se resiste a aceptar su ayuda.
El pasado complicado entre ellos hace que Vera dude de las verdaderas intenciones de Lope, temiendo que aceptar su ayuda pueda complicar aún más las cosas. La tensión entre ellos es palpable, y cada intento de acercamiento de Lope parece empujar a Vera más lejos.
Gregorio regresa al palacio, causando un revuelo entre los residentes. Su llegada es inesperada y sus verdaderas intenciones quedan en el aire, generando especulación y desconfianza.
Petra, en particular, se encuentra intrigada y cautelosa. El reencuentro entre Gregorio y Petra está cargado de tensión no resuelta y preguntas sin respuesta.
¿Viene Gregorio con la intención de resolver viejos asuntos o tiene otros motivos ocultos? La presencia de Gregorio añade un nuevo nivel de intriga al ya complejo entramado de relaciones y secretos del palacio.