Catalina no puede creer que el dinero del primer envío de mermeladas se haya perdido, mientras Pelayo cree firmemente en que se puede recuperar, seguro de que Cruz está detrás de lo ocurrido.
Pero no es el único conflicto que la Marquesa tiene abierto. Jana continúa pensando que tuvo algo que ver con la desaparición de Ramona e insiste a Manuel para que siga investigando.
Teresa y María comparten impresiones sobre los frecuentes cambios de humor de Rómulo en las últimas semanas. Ambas tienen claro que algo le ocurre.
La cocina no es lo mismo sin Lope. Simona y Candela se agobian con los preparativos de la fiesta buscando estar a la altura y se enfadan con el lacayo cuando intenta ayudarlas.
Jimena está harta de los desplantes de Manuel, que ya no se oculta. La chica lo comparte con Catalina, a la vez que le revela que no piensa abandonar el palacio.
Por supuesto, tampoco irá a la fiesta de disfraces, algo que su marido si que hará.
María no entiende por qué la señora Jimena declina ir a la fiesta de disfraces, algo que ella haría con gusto… detrás de una máscara nadie sabe si eres criada o señora.
Petra y Feliciano entierran a su padre, al tiempo que el muchacho se sincera con su hermana.
A Pía también le parece extraño el comportamiento del Mayordomo, pero ella lo enfrenta directamente y le pide explicaciones. Quiere toda la verdad.
Pelayo se enfrenta a Cruz para que les devuelva todo el dinero que ha robado, pero Cruz se mantiene, mostrando su lado más peligroso.
